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El 28 de abril de 2008, una patrulla naval marroquí interceptó a una barca hinchable de nueve metros, tipo Zodiac, que se dirigía aparentemente a la costa de España con 70 personas a bordo, incluyendo niños. Según informes, la barca se negó a acatar una orden de la patrulla de regresar a la costa de Marruecos. Según los sobrevivientes citados por el diario español El País el 7 de mayo, un marinero encajó un cuchillo en la lancha, causando su desinflamiento. “Les rógamos que miraran a nuestros niños y bebés”, dijo uno de los naúfragos a El País. El soldado pinchó la barca y se limitó a observar con los brazos cruzados. Entre 28 y 33 pasajeros, entre ellos cuatro niños, murieron ahogados antes de que otra lancha de la Marina de Marruecos viniera a rescatar a los 40 pasajeros restantes, a los que transportó a la ciudada costera de Alhucemas, afirmaron los sobrevivientes. Marruecos niega que su fuerza naval hundiera deliberadamente la barca de los migrantes. “Las autoridades marroquíes tienen que investigar adecuadamente para esclarecer la realidad de los hechos”, señaló Bill Frelick, director de Política sobre Refugiados de Human Rights Watch. “Si los marineros marroquíes provocaron el hundimiento de la barca y permitieron que los pasajeros se ahogaran, deben ser enjuiciados”, agregó. Se calcula que unos 100,000 migrantes cruzan el Mediterráneo cada año en barcas para llegar a Europa, y se estima que 10,000 de ellos han muerto en el mar durante la última década. “Las muertes de migrantes por hacinarse en embarcaciones no aptas para navegar son trágicamente habituales, pero el hundimiento deliberado de una de ellas sería un crímen grave”, señaló Frelick. “Cualquier investigación digna de este nombre debe incluir el testimonio de todos los testigos presenciales, incluidos los sobrevivientes”, agregó.
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