Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
Los 21 supervivientes del naufragio que el pasado lunes provocó 230 víctimas a pocas millas de la costa libia están en la cárcel. A algunos los repatriarán enseguida; a otros les esperan meses, acaso años de detención. Lo confirma la Organización Internacional de Migraciones, cuya misión en Trípoli fue autorizada para visitar a los migrantes en el centro de detención de Tuaisha, en Trípoli, donde comprobaron las condiciones degradantes en que viven. “Los visitamos ayer por primera vez -nos dijo al teléfono Michele Bombassei (OIM)- y hoy vamos a volver con un medico ya que algunos de ellos tienen problemas de estómago y de riñón debido a que bebieron agua salada”. Antes que llegaran los equipos de rescate, los 21 estuvieron agarrados durante ocho horas a la madera de la popa de la chalupa semihundida. Entre los supervivientes también hay una mujer, a la que liberaron para que ingresara en el hospital, dado lo precario de su estado de salud. Para muchos de ellos ya se han puesto en marcha los procedimientos de identificación que permitirán su repatriación forzosa.
Las embajadas más activas han sido las de los países árabes implicados. En el grupo hay 3 argelinos, 4 egipcios y 2 tunecinos. La otra mitad de los supervivientes proviene del África subsahariana: Gambia, Senegal, Camerún, Costa de Marfil y Nigeria. Serán ellos quienes tengan más problemas. De hecho, en Libia no existe representación consular ni de la república del Camerún ni de la de Gambia, lo que significa que los tres gambianos y el único camerunés que sobrevivieron a la tragedia corren el riesgo de pasarse meses o incluso años en las cárceles libias -famosas por sus condiciones degradantes e inhumanas de detención- antes que se emprendan los procedimientos de identificación y repatriación. Sin permiso de la embajada es imposible proceder a la repatriación. Fortaleza Europa ya ha documentado casos similares: durante una visita a Libia conocimos a un gambiano que llevaba 5 meses detenido en Jums. Nada se sabe sin embargo del paradero de los 350 pasajeros del pesquero que socorrió el remolcador italiano Asso 22 el pasado domingo. Lo único que se sabe es que también ellos se encuentran detenidos, a la espera de que los repatrien.
Entre las víctimas del naufragio figuran 15 tunecinos de la ciudad de Metlaoui, tristemente conocida por la represión con la que el gobierno tunecino acabó con los movimientos espontáneos de protesta que se produjeron en 2008 en la cuenca minera de Redeyef, provincia de Gafsa. Este hecho confirma que muchos de los emigrantes tunecinos que llegan a Lampedusa provienen de esa zona, como documentamos en nuestro reportaje del pasado noviembre: “Desde la dictadura tunecina”.
Los 21 supervivientes del naufragio que el pasado lunes provocó 230 víctimas a pocas millas de la costa libia están en la cárcel. A algunos los repatriarán enseguida; a otros les esperan meses, acaso años de detención. Lo confirma la Organización Internacional de Migraciones, cuya misión en Trípoli fue autorizada para visitar a los migrantes en el centro de detención de Tuaisha, en Trípoli, donde comprobaron las condiciones degradantes en que viven. “Los visitamos ayer por primera vez -nos dijo al teléfono Michele Bombassei (OIM)- y hoy vamos a volver con un medico ya que algunos de ellos tienen problemas de estómago y de riñón debido a que bebieron agua salada”. Antes que llegaran los equipos de rescate, los 21 estuvieron agarrados durante ocho horas a la madera de la popa de la chalupa semihundida. Entre los supervivientes también hay una mujer, a la que liberaron para que ingresara en el hospital, dado lo precario de su estado de salud. Para muchos de ellos ya se han puesto en marcha los procedimientos de identificación que permitirán su repatriación forzosa.
Las embajadas más activas han sido las de los países árabes implicados. En el grupo hay 3 argelinos, 4 egipcios y 2 tunecinos. La otra mitad de los supervivientes proviene del África subsahariana: Gambia, Senegal, Camerún, Costa de Marfil y Nigeria. Serán ellos quienes tengan más problemas. De hecho, en Libia no existe representación consular ni de la república del Camerún ni de la de Gambia, lo que significa que los tres gambianos y el único camerunés que sobrevivieron a la tragedia corren el riesgo de pasarse meses o incluso años en las cárceles libias -famosas por sus condiciones degradantes e inhumanas de detención- antes que se emprendan los procedimientos de identificación y repatriación. Sin permiso de la embajada es imposible proceder a la repatriación. Fortaleza Europa ya ha documentado casos similares: durante una visita a Libia conocimos a un gambiano que llevaba 5 meses detenido en Jums. Nada se sabe sin embargo del paradero de los 350 pasajeros del pesquero que socorrió el remolcador italiano Asso 22 el pasado domingo. Lo único que se sabe es que también ellos se encuentran detenidos, a la espera de que los repatrien.
Entre las víctimas del naufragio figuran 15 tunecinos de la ciudad de Metlaoui, tristemente conocida por la represión con la que el gobierno tunecino acabó con los movimientos espontáneos de protesta que se produjeron en 2008 en la cuenca minera de Redeyef, provincia de Gafsa. Este hecho confirma que muchos de los emigrantes tunecinos que llegan a Lampedusa provienen de esa zona, como documentamos en nuestro reportaje del pasado noviembre: “Desde la dictadura tunecina”.