Harraga es la palabra en dialecto marroquí y argelino que se usa para llamar a los que viajan sin documentos. Deriva de la raíz de la palabra árabe haraqa, que significa quemar. En pocas palabras: en vez de decir «he hecho un viaje clandestino», en árabe se dice «he quemado la frontera». Según unos es porque antes se quemaban los documentos antes de partir. Otros dicen que es por la vieja historia de Tariq ibn Ziyad, el caudillo árabe que en el año 711 se adentró en la España visigoda y, según la leyenda, al desembarcar en Algeciras, antes de la batalla mandó quemar las naves, diciendo que había que vencer o morir, pero no volverían atrás como perdedores. Esta vez, sin embargo, los harraga quemaron la frontera y también la nave. Sucedió la noche pasada [del 17 al 18 de enero] en el trayecto entre Annaba y Cerdeña. A bordo viajaban veinte personas y en cuanto la guardia costera argelina les interceptó, a unas diez millas del puerto, rociaron la barca con la gasolina de reserva y le prendieron fuego. Cuando terminó el rescate, al pasar lista faltaban dos muchachos, ahogados durante las operaciones. ¿Un suicidio colectivo? O más bien un gesto colectivo de protesta que recuerda el suicidio de Sidi Bouzid, que desencadenó la revolución tunecina el pasado 17 de diciembre.
Es decir, la idea de que es mejor morir de pie que vivir con la espalda doblada. «Un hombre no se puede quedar mirando», me decía el padre de Mérouane, un chico de mi edad desaparecido en el mar entre Annaba y Cagliari hace ya tres años. Ojalá el presidente Butefliqa capte el mensaje de esta juventud que reclama poder soñar con su propio país y al mismo tiempo pretende viajar libremente por el mundo, como hago yo y quienes me leen, sin que sean las propias autoridades argelinas las que los detengan. Porque Europa ha logrado imponer a Argelia el delito de emigración ilegal. Castigado con hasta tres meses de cárcel. Por lo general se resuelve con una suspensión de condena y libertad condicional. Pero el certificado de antecedentes penales queda manchado. Y la conciencia también. Porque parece que siempre es lo mismo: el estado contra la juventud. Y entonces lo mejor es partir. Veamos los detalles en una crónica de El Watan.
Veinte harraga queman su embarcación
por Mohamed Fawzi Gaïdi
Annaba, 18.01.11 – Cuarenta y tres candidatos a la emigración clandestina rescatados y detenidos, otros dos desaparecidos y una embarcación artesanal quemada. Es el balance de una operación de intercepción de harraga en alta mar, en la que han intervenido efectivos de los guardacostas de Annaba. Según fuentes judiciales, los emigrantes clandestinos zarparon la noche del domingo al lunes de la playa de Bujmira (El Buni) con dos embarcaciones artesanales. Los harraga, con edades comprendidas entre 16 y 37 años, fueron avistados la noche pasada a eso de la 1h por patrulleras semirrígidas del grupo territorial de guardacostas de Annaba cuando navegaban 10 millas al norte de Ras El Hamra con rumbo a España.
Cuando los guardacostas les ordenaron parar los motores, unos veinte jóvenes emigrantes que estaban en la primera barca no quisieron obedecer. Inopinadamente, rociaron la embarcación con la gasolina de reserva que llevaban en unos bidones y le prendieron fuego. Este intento tenía todas las trazas de un suicidio. La intervención del los guardacostas lo frustró. La rápida operación de socorro de la armada logró salvar a 18 náufragos, mientras que otros dos se dan por desaparecidos, aunque aún no se han suspendido los rastreos. Los harraga arribaron sobre las 5h a Annaba, donde les examinó un médico de Protección Civil y luego fueron interrogados por la policía marítima antes de pasar a disposición del tribunal local.
En la orilla española, según un comunicado del gobierno español, una patrulla del servicio marítimo de la Guardia Civil interceptó en la mañana de ayer a 18 jóvenes candidatos a la emigración clandestina de nacionalidad argelina que viajaban a bordo de dos embarcaciones. La primera embarcación fue detectada por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) poco antes de la medianoche, 24 millas al sur del faro del cabo de Palos (Murcia). Dos horas después la patrulla Hobby-8 la interceptó 10 millas al este de dicho faro. La Guardia Civil llevó a los inmigrantes al puerto de Cartagena donde, después de que los examinaran los médicos de la Cruz Roja, pasaron a disposición de la policía nacional, que procedió inmediatamente a identificar a los inmigrantes en nuestra cancillería para su repatriación a Argelia, termina el comunicado
Traducido para Rebelión por Juan Vivanco
Es decir, la idea de que es mejor morir de pie que vivir con la espalda doblada. «Un hombre no se puede quedar mirando», me decía el padre de Mérouane, un chico de mi edad desaparecido en el mar entre Annaba y Cagliari hace ya tres años. Ojalá el presidente Butefliqa capte el mensaje de esta juventud que reclama poder soñar con su propio país y al mismo tiempo pretende viajar libremente por el mundo, como hago yo y quienes me leen, sin que sean las propias autoridades argelinas las que los detengan. Porque Europa ha logrado imponer a Argelia el delito de emigración ilegal. Castigado con hasta tres meses de cárcel. Por lo general se resuelve con una suspensión de condena y libertad condicional. Pero el certificado de antecedentes penales queda manchado. Y la conciencia también. Porque parece que siempre es lo mismo: el estado contra la juventud. Y entonces lo mejor es partir. Veamos los detalles en una crónica de El Watan.
Veinte harraga queman su embarcación
por Mohamed Fawzi Gaïdi
Annaba, 18.01.11 – Cuarenta y tres candidatos a la emigración clandestina rescatados y detenidos, otros dos desaparecidos y una embarcación artesanal quemada. Es el balance de una operación de intercepción de harraga en alta mar, en la que han intervenido efectivos de los guardacostas de Annaba. Según fuentes judiciales, los emigrantes clandestinos zarparon la noche del domingo al lunes de la playa de Bujmira (El Buni) con dos embarcaciones artesanales. Los harraga, con edades comprendidas entre 16 y 37 años, fueron avistados la noche pasada a eso de la 1h por patrulleras semirrígidas del grupo territorial de guardacostas de Annaba cuando navegaban 10 millas al norte de Ras El Hamra con rumbo a España.
Cuando los guardacostas les ordenaron parar los motores, unos veinte jóvenes emigrantes que estaban en la primera barca no quisieron obedecer. Inopinadamente, rociaron la embarcación con la gasolina de reserva que llevaban en unos bidones y le prendieron fuego. Este intento tenía todas las trazas de un suicidio. La intervención del los guardacostas lo frustró. La rápida operación de socorro de la armada logró salvar a 18 náufragos, mientras que otros dos se dan por desaparecidos, aunque aún no se han suspendido los rastreos. Los harraga arribaron sobre las 5h a Annaba, donde les examinó un médico de Protección Civil y luego fueron interrogados por la policía marítima antes de pasar a disposición del tribunal local.
En la orilla española, según un comunicado del gobierno español, una patrulla del servicio marítimo de la Guardia Civil interceptó en la mañana de ayer a 18 jóvenes candidatos a la emigración clandestina de nacionalidad argelina que viajaban a bordo de dos embarcaciones. La primera embarcación fue detectada por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) poco antes de la medianoche, 24 millas al sur del faro del cabo de Palos (Murcia). Dos horas después la patrulla Hobby-8 la interceptó 10 millas al este de dicho faro. La Guardia Civil llevó a los inmigrantes al puerto de Cartagena donde, después de que los examinaran los médicos de la Cruz Roja, pasaron a disposición de la policía nacional, que procedió inmediatamente a identificar a los inmigrantes en nuestra cancillería para su repatriación a Argelia, termina el comunicado
Traducido para Rebelión por Juan Vivanco