Un gran reportaje sobre las víctimas de la inmigración clandestina, de la temida e inexistente invasión de africanos a Europa y de los nuevos guardianes de un cementerio llamado Mediterráneo. Desde 1988 no menos de 13239 personas murieron llamando a las puertas de la fortificada UE, víctimas de los naufragios, pero también del calor y el frío extremos del Sáhara, de los campos minados, de los disparos de la policía, de los propios traficantes de seres humanos... Y un número infinitamente superior de personas que, tras el primer fracaso, lo intentan de nuevo, todas las veces que se presente la oportunidad, pues la vergüenza del fracaso y las deudas contraídas les impiden regresar al punto de partida. Hombres y mujeres jóvenes, desarraigados y expuestos a todas las explotaciones y violencias.
«Gabriele del Grande tiene el mínimo de decencia humana para localizar una noticia y el coraje profesional, cada vez más raro, para contarla. A lo que antes se llamaba sencillamente “periodismo” hoy lo llamamos “periodismo comprometido”. Comprometido con su trabajo, comprometido con la decencia humana, del Grande sabe que el lugar de los acontecimientos no es una patera aislada cerca de Malta, sino todo el mar Mediterráneo y parte del Atlántico y África entera y todo el tercer Mundo y la Europa candada y arrogante y el capitalismo globalizador que determina una severa cartografía del sufrimiento humano. Y sabe que el verdadero acontecimiento no es la muerte de 15 eritreos y el encarcelamiento de 12 en los lager de Malta, sino la masacre de al menos 1581 seres humanos solo en el año 2007 y la reclusión, tortura y abandono de cientos de miles de ellos en campos de concentración y desiertos en Europa y en el norte de África: eso, pues, que sin ninguna exageración el teólogo Franz Hinkelammert ha definido como un “genocidio estructural”».
Gabriele del Grande nació en Lucca en 1982. Cursó Estudios Orientales en Bolonia y vive en Roma, donde colabora con la agencia de prensa Redattore Sociale. En 2006 creó la bitácora Fortress Europe, observatorio sobre las víctimas de la emigración clandestina. También lleva las bitácoras Roma senza fissa dimora, Diario reportage, Biglietti di viaggio dalla Palestina, Da Casablanca con furore y La notte dei senza dimora (con audio), sobre los vagabundos de Roma. En 2007 siguió la ruta de los emigrantes en Turquía, Grecia, Túnez, Marruecos, Sáhara Occidental, Mauritania, Mali y Senegal, entrevistándose con las familias de los desaparecidos. Mamadú va a morir es fruto de esta experiencia.
«Gabriele del Grande tiene el mínimo de decencia humana para localizar una noticia y el coraje profesional, cada vez más raro, para contarla. A lo que antes se llamaba sencillamente “periodismo” hoy lo llamamos “periodismo comprometido”. Comprometido con su trabajo, comprometido con la decencia humana, del Grande sabe que el lugar de los acontecimientos no es una patera aislada cerca de Malta, sino todo el mar Mediterráneo y parte del Atlántico y África entera y todo el tercer Mundo y la Europa candada y arrogante y el capitalismo globalizador que determina una severa cartografía del sufrimiento humano. Y sabe que el verdadero acontecimiento no es la muerte de 15 eritreos y el encarcelamiento de 12 en los lager de Malta, sino la masacre de al menos 1581 seres humanos solo en el año 2007 y la reclusión, tortura y abandono de cientos de miles de ellos en campos de concentración y desiertos en Europa y en el norte de África: eso, pues, que sin ninguna exageración el teólogo Franz Hinkelammert ha definido como un “genocidio estructural”».
De la Presentación de Santiago Alba
Gabriele del Grande nació en Lucca en 1982. Cursó Estudios Orientales en Bolonia y vive en Roma, donde colabora con la agencia de prensa Redattore Sociale. En 2006 creó la bitácora Fortress Europe, observatorio sobre las víctimas de la emigración clandestina. También lleva las bitácoras Roma senza fissa dimora, Diario reportage, Biglietti di viaggio dalla Palestina, Da Casablanca con furore y La notte dei senza dimora (con audio), sobre los vagabundos de Roma. En 2007 siguió la ruta de los emigrantes en Turquía, Grecia, Túnez, Marruecos, Sáhara Occidental, Mauritania, Mali y Senegal, entrevistándose con las familias de los desaparecidos. Mamadú va a morir es fruto de esta experiencia.