Despuès de todo, Maroni fue claro: “L’ Unhcr puede hacer en Libia la comprobaciòn de las personas que piden asilo”. El razonamiento es brutal. ¿Por què un refugiado debe pedir asilo en Europa cuando puede hacerlo còmodamente en Libia? ¿Pensaràn igual los 75 eritreos rechazados y arrestados? El Alto Comisionado de la ONU ya fue informado sobre el caso. Si todo sale bien, el reempatrio serà anulado y los pròfugos transferidos a Misratah. Un campo de detenciòn a 200 km al este de Tripoli, donde, desde el 2006, otros 600 eritreos esperan una soluciòn. La soluciòn—que es aquella propuesta por Maroni- se llama resettlement. Consiste en transferir a los refugiados politicos en un tercer paìs dispuesto a acogerlos voluntariamente. Italia lo hizo en 2007 con 60 mujeres eritreas que desde hacìa màs de un año habìan estado detenidas en Misratah. En ese mismo campo hay refugiados detenidos desde hace tres años. Màs que regresar a las prisiones eritreas o al las trincheras en la frontera con Etiopia prefieren permanecer ahì a gastar los mejores años de su vida y en espera que Italia y Europa abran la llave a cuentagotas.
Es uno de los efectos màs nefastos de la polìtica de rechazo. El derecho se ha convertido en un bastòn entre ruedas. Lo que no todos saben, sin embargo, es que cada uno de los 74 eritreos rechazados tendrìa derecho de presentar recurso a la Corte Europea, con grandes posibilidades de ganarlo, por violaciòn al derecho de asilo, a la prohibiciòn de tortura y al derecho de un juicio efectivo. Exactamente como hicieron el mes pasado 24 refugiados somalìs y eritreos rechazados en Trìpoli, asistidos por el abogado Giulio Lana del foro de Roma. Tendrìan derecho, pero no tienen acceso a un abogado. Actualmente todo es màs ràpido. Lo aprendieron en carne propia dos de los eritreos deportados. De nuevo, no podemos dar sus nombres. Cuando se dieron cuenta que el patrullero Orione de la Marina italiana se dirigìa hacia el sur, protestaron fuertemente a bordo. Segùn lo narrado por algunos de nuestros testimonios, habrìa habido una pelea con algunos oficiales lo que provocò que los dos pròfugos resultaran heridos. Nada que temer. Que los italianos duerman tranquilos; en fin que “Hemos parado al invasor”, como decìa la propaganda electoral de la Lega Nord.En tanto, el domnigo 5 de julio, otros 40 emigrantes fueron rechazados en Libia por las patrullas italianas. Estaban en una patera a la deriva, 70 millas al sur de Lampedusa. Siete de los pasajeros, cinco de ellos mujeres, estaban en graves condiciones de salud por lo que fueron transportados a Catania, donde se recuperan.
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traducido por Cristina Liceaga